El proyecto de Empresas con Alma nace en 2008 inspirado por el programa Leadership de CTI (The Coaches Institute) en Estados Unidos y como respuesta a las preguntas ¿Qué quieres aportar a tu trabajo/vida? ¿Cómo quieres contribuir al lugar y la comunidad en la que vives? ¿Cuál es tu Talento (en la antigua Roma el talento era la moneda de mayor valor existente)? ¿Dónde puedes hacer la diferencia?
Esto nos hizo reflexionar sobre en que tipo de empresa en la que nos gustaría trabajar, que eso que hace que alguien se sienta de verdad parte de un equipo, de una empresa, de un proyecto y que le inspire a dar lo mejor de si mismo y a desarrollar todo su potencial, aquí nace el concepto de Empresas con Alma, ahora solo faltaba darle una estructura y hacerlo una realidad ¡casi nada!.
… y empezamos a identificar que diferencia queríamos aportar y como hacerlo, de hay nuestra metodología de trabajo:
1.
La “formación puntual” por si sola, sin un seguimiento y una puesta en practica, no es efectiva, sirve para motivar y reflexionar a muy corto plazo, sin cambio ni resultados a medio / largo plazo.
2.
El coaching y/o mentoring como acompañamiento a la formación puede ser más efectivo que la formación sola, ya que lo que se busca es la reflexión y la acción aunque para conseguir resultados es importante definir, de nuevo, lo que se quiere obtener del mismo.
3.
Es importante que las empresas entiendan lo que puede aportar y las diferencias entre formación, coaching (individual o de equipos) y mentoring, y cuando utilizarlos, sabiendo que el cambio requiere tiempo y atención consciente.
4.
El movimiento debe partir desde dentro de la empresa, sólo de esa forma se puede anclar el aprendizaje y hacer de él una realidad. Cuando los responsables de la empresa se involucran y comprometen los resultados los resultado se consiguen con mayor facilidad. Esta es la clave, empezar el movimiento, la acción y el cambio.